Cuando hablamos de branding nos referimos a una ESTRATEGIA y no solo un logo o una marca. Se trata de la estrategia que se utiliza para crear y gestionar una marca al completo, en todas sus vertientes y formatos, mientras que la IMAGEN DE MARCA se refiere a la percepción que los consumidores tienen de esa marca.
En este artículo, analizaremos por qué es importante tener consistencia en la imagen de marca y cómo se puede crear y gestionar de manera efectiva.
1. Imagen de marca y branding
En primer lugar, es importante destacar que el branding y la imagen de marca van más allá del simple diseño de un logo o la elección de los colores de la marca. Una marca se compone de todos los elementos que la hacen única y memorable, desde el tono de voz utilizado en la comunicación, hasta la experiencia que los clientes tienen con los productos o servicios que ofrece la empresa. Por lo tanto, la creación de una marca sólida y coherente implica trabajar en múltiples áreas, desde el diseño hasta la estrategia de marketing y el servicio al cliente. Un ejemplo de empresa que se ha dado a conocer y popularizado debido a su buen trato con los clientes es Zappos. Esta es una empresa de venta de zapatos en línea que se ha hecho famosa por su servicio al cliente excepcional. La compañía se esfuerza por garantizar que los clientes estén satisfechos con sus compras y por proporcionar una experiencia de compra agradable y sin problemas. Otro ejemplo en el mercado de la automoción son BMW y Tesla, las cuales se han hecho reconocidas por una imagen de marca relacionada con la alta gama y tecnología avanzada.
2. Ventajas de trabajar la imagen de marca
Una de las principales ventajas de contar con una marca fuerte y una imagen de marca bien construida es que permite a las empresas diferenciarse de la competencia. En un mercado saturado, donde los productos y servicios se parecen cada vez más, la marca se convierte en un factor clave para que los consumidores elijan una empresa u otra. Una marca sólida y bien gestionada permite a las empresas crear una conexión emocional con sus clientes, lo que puede llevar a la fidelización y a la recomendación a otros clientes potenciales. Es lo que sucede con la marca Apple, que es claramente un estandarte entre sus clientes habiendo llegado a convertirse en una lovemark.
3. Por dónde empezar: valores y principios
Para crear y gestionar una marca de manera efectiva, es importante comenzar por definir claramente lo que se quiere transmitir y cuáles son los valores que se quieren asociar con la marca. Esto implica trabajar en la definición de la identidad de la marca, que debe ser coherente con los productos y servicios que se ofrecen y con el público objetivo al que se dirige la marca. Una vez definida la identidad de la marca, se puede empezar a trabajar en los elementos visuales, como el logo, los colores y la tipografía, que deben reflejar la personalidad de la marca y ser reconocibles por los consumidores. Un claro ejemplo de esto es Coca-Cola, es una marca conocida en todo el mundo y tanto su logo como sus colores son inmediatamente reconocidos. Han logrado construir una imagen de felicidad y celebración que está asociada con su marca de forma inconfundible.
Sin embargo, la construcción de una marca no se trata solo de la imagen visual, sino también de la forma en que se comunica y se relaciona con los clientes.
Por lo tanto, no debemos olvidarnos de que la marca debe tener:
– Una voz y un tono coherente en todas las comunicaciones, desde las publicaciones en redes sociales hasta el servicio de atención al cliente. La voz de marca se refiere al tono y estilo de comunicación que se utiliza para interactuar con los consumidores. Por ejemplo, una marca de lujo o un despacho de abogacía puede usar un tono formal y refinado en su comunicación, mientras que una marca dirigida a un público más joven, como los centennials o generación Z, puede ser más informal y desenfadada.
– Otro aspecto importante del branding es la creación de una historia de marca convincente. ¿Qué narrativa o historia hay detrás de la empresa y su producto? ¿Cómo surgió? Como si de un cuento se tratara, hay que presentarlo de una manera atractiva y emocionalmente resonante. Esta historia puede incluir elementos como la historia de la fundación de la empresa, los valores y la visión de la empresa, y la forma en que los productos o servicios de la empresa pueden mejorar la vida de los consumidores. Una historia de marca sólida puede ayudar a diferenciar la empresa de la competencia y establecer una conexión emocional con los consumidores.
– Una estrategia clara de marketing que permita llegar a los consumidores de manera efectiva y que refuerce la imagen de la marca.
– Experiencia de cliente o User Experience (UX). La marca debe asegurarse de que los clientes tengan una experiencia positiva en todos los puntos de contacto con la empresa, desde la página web hasta la tienda física o el packaging de los productos. Una experiencia satisfactoria puede hacer que los clientes se sientan conectados emocionalmente con la marca y sean más propensos a comprar de nuevo en el futuro. Este tipo de experiencias se ven mucho en los ecommerce o tiendas online, donde se juega con los gastos de envío y las diferentes técnicas de envío para hacer que el cliente esté siempre satisfecho: políticas de devolución gratuitas y cómodas, envío gratuito o muy reducido al llegar a cierto límite de gasto, etc.
– Construcción de la reputación de la empresa. La reputación de la empresa es el resultado de las percepciones y opiniones que los consumidores tienen de la empresa y sus productos. Una buena reputación puede generar confianza y lealtad en los consumidores, mientras que una mala reputación puede tener un impacto negativo en las ventas y la rentabilidad de la empresa. Para construir y mantener una buena reputación, es importante que la empresa sea transparente y honesta en su comunicación, cumpla sus promesas y se preocupe por las necesidades y deseos de los consumidores. Aunque pueda parecer contraproducente, en muchos sentidos, ser humanos y transparentes beneficia a largo plazo a la reputación de la empresa y la marca, creando una empatía hacia el equipo que hay detrás.
Además de la creación y gestión de la marca, también es importante trabajar en su mantenimiento a largo plazo. La marca debe seguir evolucionando y adaptándose a medida que cambian las necesidades de los clientes y el mercado en general.
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